"Por San Blas, la cigüeña verás" dice un conocido refrán. Hasta hace poco, cuando las cigüeñas eran aves migratorias, su vuelta indicaba que lo peor del invierno había pasado ya, y se anunciaba una cercana primavera. Pero no siempre era así, y el refrán se alargaba un poco más "... y si nos las vieres, año de nieves", esto es, que el invierno se alargaría todavía un poco más. Al ser un mundo básicamente rural, la observación de la naturaleza era esencial para comprender el paso de las estaciones.
La duración del día era otro claro indicador. Pasado el solsticio de invierno, poco a poco el día se iba alargando: "Por San Blas, una hora y más".
También podemos deducir más cosas, como que el calendario tradicional se organizaba habitualmente por las festividades religiosas. Así, el 3 de febrero se recordaba a San Blas, que, entre sus actos, salvó a un niño que tenía una espina de pescado en la garganta, con lo que este santo tiene una especial dedicación ("mano de santo", se dice) a aquellos con enfermedades de la garganta, por lo que tomar galletas o roscones bendecidos por el santo en su fiesta tienen, según la tradición, efecto sobre las infecciones en esa parte del cuerpo.
Sigamos con los refranes en torno a San Blas: "Por San Blas, ajete, mete uno y saca siete", que nos recuerda que es momento de sembrar los ajos (en los ajos se plantan los dientes, y por cada uno nace una planta nueva), o uno similar, "por San Blas, planta tus ajos y comerás". Los refranes, por tanto, también servían de recordatorio agrícola, donde seguir correctamente el ciclo anual era fundamental.
Algunas páginas interesantes sobre refranes relacionados con el paso de las estaciones, la duración del día o su impacto agrícola, aquí:
sábado, 4 de febrero de 2012
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