En clase vamos a ver algunos fragmentos de la película 300, basada fielmente en el cómic del mismo título de Frank Miller. Para analizarla un poco mejor, he aquí un poco de información histórica:
¡ esto es... ESPARTA!
Esparta, también llamada Lacedemonia, era una polis de la antigua Grecia. La antigua ciudad, incluso en sus momentos más prósperos, sólo era un grupo de cinco pueblos con casas simples y algunos edificios públicos. Los pasos que conducían al valle se defendían con facilidad y, por eso, Esparta no tuvo murallas hasta finales del siglo IV a.C. Además, las consideraban cosas de pueblos débiles.
Los habitantes de Esparta estaban divididos en distintas clases. Los ilotas (esclavos) realizaban todos los trabajos agrícolas. Los periecos eran una clase sometida de hombres libres pero sin derechos políticos, principalmente comerciantes. Los más importantes eran los ciudadanos espartanos (homoioi o iguales), la clase gobernante política y militar, descendientes de los dorios que habían invadido la zona en el año 1100 a.C.
Lo que distingue a los espartanos de otros griegos es su austeridad y rigidez militar, de forma que toda su vida y organización social y política estaba dirigida a la guerra. Así, por ejemplo, no se permitía que un niño con defectos físicos sobreviviera. Los niños aptos comenzaban su instrucción militar a la edad de siete años y entraban en las filas del ejército a los veinte. No vivían con su familia, sino en barracones.
Con su disciplina severa, los espartanos se convirtieron en una nación de guerreros decididos y osados, aunque fueron incapaces de crear una polis desarrollada y madura. De hecho, hoy en día no queda ningún vestigio de los espartanos.
El imperio persa, los malos de la peli
La llanura iraní fue ocupada hacia el año 1500 a.C por tribus arias, la más importante de las cuales eran los medos. Darío I, que ascendió al trono en el 521 a.C., amplió las fronteras persas hacia el este hasta el río Indo, y reorganizó todo el imperio, consiguiendo el título de Darío el Grande. Sus intentos de anexionarse el oeste de su imperio no fueron fáciles: sus fuerzas fueron derrotadas por los griegos en dos ocasiones (las Guerras Médicas)
Durante el siglo IV a.C., el imperio persa se despedazó a causa de numerosas revueltas, pero el golpe final fue dado por Alejandro Magno, quien añadió el Imperio persa a su dominio mediterráneo, derrotando a las tropas de Darío III en una serie de batallas entre el 334 y el 331 a.C.
Las Guerras Médicas no curan
La batalla de las Termópilas no fue una lucha aislada, sino que formó parte de las Guerras Médicas. En estas Guerras, desarrolladas en el siglo V a.C., las ciudades griegas lucharon unidas contra el enemigo común que constituía el Imperio persa.
Tras el fracaso de su padre, Darío, Jerjes I marchó en el 480 a.C. con sus ejércitos sobre Tracia y Tesalia, al norte de Grecia. Los persas se vieron detenidos momentáneamente en el paso de las Termópilas, defendido por el soberano espartano Leónidas I; el sacrificio de éste otorgó un valioso tiempo a los griegos, que pudieron reorganizar sus fuerzas. Aunque Jerjes I reanudó la marcha, continuando hacia el Ática y quemando Atenas, que había sido abandonada, su flota sufrió una grave derrota en la batalla de Salamina el 29 de septiembre del 480 a.C. ante los barcos de guerra griegos. Jerjes I se retiró a Asia Menor y dejó a un subordinado al mando de las tropas persas que permanecieron en Grecia. Este último fue vencido y muerto en la batalla de Platea (479 a.C.) por las fuerzas griegas, al frente de las cuales estuvieron un general espartano y un ateniense.
Dos visiones sobre la película
- en primer lugar, los fallos históricos (uno evidente, no luchaban prácticamente medio desnudos, sino que iban totalmente acorazados)
- unas críticas más cinematográficas de filmaffinity
Veremos dos adaptaciones de la batalla de las Termópilas
- el inicio de 300
- La comparación de 300 con una antecesora, "El león de Esparta", de 1962. Muchas cosas coinciden, ya que se inspiran ambas en el historiador Herodoto. Pero el tratamiento, como véis, es muy diferente
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